CANTO A LA SOLIDARIDAD
Por: Juvenal Herrera Torres
Basta ya
de esperar cobardemente
Basta ya
de las humillaciones
de ese no-ser
de esa postura metafísica
que extiende la esperanza
como una mano inútil
mendicante
La solidaridad
no es
no puede ser
una flor exótica cercada
por esa polución de egoísmo
de cobardía
que a todos nos ahoga
(en esta vorágine horrorosa
-manigua del Ego-
importa mucho más que la razón
mucho más que el amor
mucho más que la vida
privatizar la tierra
el aire
y las palomas)
¡Basta ya!
Arranquemos de cuajo la maraña del Ego
y sembremos el mundo
y el pecho de los hombres
con la redentora
y activa solidaridad
¡esa flor popular y prodigiosa!
viernes, 30 de julio de 2010
lunes, 5 de julio de 2010
HAMBRE
El hambre
Por: Jorge Luis Borges
Madre antigua y atroz de la incestuosa guerra
borrado sea tu nombre de la faz de la tierra.
Tu que arrojaste al circulo del horizonte abierto
la alta proa del viking, las lanzas del desierto.
En la torre del hambre de Ugolino de Pisa
tienes tu monumento y en la estrofa concisa
que nos deja entrever (sólo entrever) los días
últimos y en la sombra que cae las agonías.
Tú que de tus pinares haces que surja el lobo
y que guiaste la mano de jean Valjean al robo.
Una de tus imagenes es aquel silencioso
dios que devora el orbe sin ira sin reposo
el tiempo. Hay otra diosa de tiniebla y de osambre;
su lecho es la vigilia y su pan es el hambre.
Tú que a Chatterton diste la muerte en la bohardilla
entre los falsos códices y la luna amarilla
Tú que entre el nacimiento del hombre y su agonía
pides en la oración el pan de cada día.
Tú cuya lenta espada roe generaciones
y sobre los testuces lanzas los leones.
Madre antigua y atroz de la incestuosa guerra
borrado sea tu nombre de la faz de la tierra.
TOMADO DE LA REVISTA lITORAL POESÍA A LA CARTA. PAGINA 45.
Por: Jorge Luis Borges
Madre antigua y atroz de la incestuosa guerra
borrado sea tu nombre de la faz de la tierra.
Tu que arrojaste al circulo del horizonte abierto
la alta proa del viking, las lanzas del desierto.
En la torre del hambre de Ugolino de Pisa
tienes tu monumento y en la estrofa concisa
que nos deja entrever (sólo entrever) los días
últimos y en la sombra que cae las agonías.
Tú que de tus pinares haces que surja el lobo
y que guiaste la mano de jean Valjean al robo.
Una de tus imagenes es aquel silencioso
dios que devora el orbe sin ira sin reposo
el tiempo. Hay otra diosa de tiniebla y de osambre;
su lecho es la vigilia y su pan es el hambre.
Tú que a Chatterton diste la muerte en la bohardilla
entre los falsos códices y la luna amarilla
Tú que entre el nacimiento del hombre y su agonía
pides en la oración el pan de cada día.
Tú cuya lenta espada roe generaciones
y sobre los testuces lanzas los leones.
Madre antigua y atroz de la incestuosa guerra
borrado sea tu nombre de la faz de la tierra.
TOMADO DE LA REVISTA lITORAL POESÍA A LA CARTA. PAGINA 45.
viernes, 2 de julio de 2010
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)

