Como
te lo decía anteriormente, no me queda fácil expresar mi pensamiento o definir
mi ubicación frente a la vida y sus fenómenos, o frente ala sociedad y sus
complicaciones. Por terco insisto mi querido Otto. Es la mía la actitud
perpleja y errátil del habitante de un continente subdesarrollado sin amalgamar
espiritualmente, que no ha adquirido todavía conciencia de su destino y que quizás,
a causa de su alimento, no la adquiera nunca. Habitante de un continente que
marcha al margen de la historia, en donde a veces no existen más lenguajes que
el de la mendicidad, la simulación o la violencia. Es la posición del hombre
que protesta por la sumisión que hay en toda nuestra historia. Sumisión en lo local,
en lo económico, en lo cultural. Primero sumisión a España, después sumisión a
Francia, y últimamente sumisión incondicional a los estados unidos. Esta
sumisión histórica nos ha dejado una especie de impotencia, de incapacidad y de
venalidad crónicas. Esta actitud nos incapacita para crear, usar y juzgar nuestros propios valores morales , éticos,
espirituales e históricos.
jueves, 28 de abril de 2016
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